6º Los Repechitos

14.08.2017

Con emoción volvemos a pedalear que nos deparara el día, solo lo sabremos cuando pase.
Nos dirigimos hacia las llanuras de Castilla en las inmediaciones de Toledo, claro que cerca en coche para nosotros varios días pedaleando.
Pasamos por varios pueblos casi sin parar, más que para tomar agua y algún respiro. Uno de estos pueblos fue Fresnedilla.
Donde un hombresuco del pueblo se nos acerca, Gerardo, otro nombre que me costará olvidar aunque sólo charlamos un ratín.
Gerardo con sus casi 70 años, era todo un apasionado de la geografía española.
Sabía la distancia entre muchos lugares de la península desde su pueblo y ente ellos.
Nos dijo los kilómetros hasta Mazarrón, Huelva, incluso Madrid.
Nos ofreció que si necesitábamos algo su casa estaba ahí al lado.
Le agradecimos pero habíamos parado allí porque yo no tenía muy claro el camino a seguir, aprovechando su experiencia enseguida nos dijo.

-os quedan unos 15 kilómetros
-sabe si la carretera está bien ?? - preguntamos intrigados.
-bueno algún bache tiene, pero nada más
-es mucha subida??- continuamos nosotros
-que vaa - dice convencido - dos o tres repechitos, pero no muchos - concluyó.
-muchas gracias Gerardo que tenga buena tarde - prosiguiendo nuestro camino
-no hay de que hijos, que tengan buen viaje.
Estaba alucinado como sabía de distancias este hombre, que tan buena gente nos estábamos encontrando por el camino, cuanta bondad.
Me empezaba a sentir cansado, pero aun estábamos en la mitad de la jornada pedaleando, de lo que teníamos pensado hacer claro. Siempre abiertos a lo que pueda surgir, aunque con un objetivo por hacer, encontrar cobijo nuevamente dan tormenta.


La carretera continua subiendo después de varios repechitos como dijo Gerardo.
Estaba cada vez más cansado física y mentalmente no podía parar de pensar la masas que me parió, unos repechitos dice el tío como va en coche.
No paraba de frustrarle y desmotivarme, entonces escucho
-venga cariño seguro que aún tienes fuerzas para subir un puerto más.
No pude contestar, me llegaron al alma esas palabras, algo grande que no supe en ese instante se movió dentro de mi.
Como es la mente, que con una frase de ánimo puede cambiar un estado, en ese momento deje de pensar en lo malo aceptando lo que viniese.
Pero la vida es sabia poniéndonos a prueba, para ver nuestra respuesta. De pronto una montaña frente a nosotros.
Mi primer pensamiento fue, me caaaaago en la puta, segundos después fui consciente cambiando ese pensamiento por , venga que tu puedes.
Al saber como estaba enseguida Carla dijo con voz firme,
-manda la energía hacia la parte que necesites
Mis piernas pensé, me dolían los cuadriceps desde hacía algunos kilómetros y me iba a venir bien no tener la energía en la cabeza.
Puse el cambio más suave que podía, mientras me focalizaba en un metro por delante de mí rueda y seguí pedaleando.
Al cabo de un tiempo no bastaba con eso, así que me decía , tu puedes animo campeón.
Respiraba fuerte para no escuchar ese diablillo que tengo dentro, que en tantas ocasiones en mi vida me había dicho que no podía. Mi pareja cree en mí, pese a la vocesilla que a veces escuchaba, yo también creía en mi.
Pies a la obra y a seguir, pensé. Continué con las exhalaciones fuertes , sentía como con cada una de ella sacaba los malos pensamientos, cuando no podía con alguno de ellos, miraba los árboles de mi derecha. Preciosos castaños y encinas, expectantes a mis pedaladas, con ánimos mudos me ayudaban.
Algo hacía que cuando los miraba me conectaba a la natura, su fuerza entraba por mis poros con cada inhalación, recuperando fuerzas para una pedalada más.
No había arcén, ni espacio para detenernos a descansar así que la concentración no podía flaquear, así que sin prisa pero sin pausa poco a poco fuimos subiendo la montaña. Hasta que de pronto divisamos la cima.
Al llegar sin pensar pare, mi cuerpo no podía más, mi cuerpo pedía azúcar así que fui a la gasolinera que allí había.


Al regresar a la bicicleta, Carla con cara de cansada pero también feliz de lo que habíamos logrado.
Yo sentía que mi cara sólo demostraba lo destruido que estaba, feliz y contento por dentro, después de reponer con la bebida y las galletas me sentía más animado.
También había recibido la mejor noticia de todo el día, después de recuperar el aliento y los ánimos.
- cariño todo lo que queda es bajada, estamos en lo más alto del lugar - dije casi a gritos de emoción.

© 2016 La Cuisine Royale  |  Todos los derechos reservados
Creado con Webnode
¡Crea tu página web gratis! Esta página web fue creada con Webnode. Crea tu propia web gratis hoy mismo! Comenzar